El siguiente examen fue escrito conjuntamente por Nicole Arce y Katherine Exss, profesoras responsables del primer taller de tipografía de la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV, el año 2016.
La materia
Para comenzar este examen queremos hablar sobre por qué diseñar tipografías. Para esto, creemos que es pertinente clarificar que cuando decimos “tipógrafo” estamos hablando tanto de un diseñador de tipografías, como de un componedor con tipos móviles o un diseñador editorial. Y cuando decimos tipografía nos estamos refiriendo a una fuente tipográfica o al sistema de impresión con tipos móviles (Gálvez, 2012). La pregunta sobre por qué diseñar tipografías es particularmente válida sobre todo cuando notamos las grandes cantidades de fuentes disponibles en los computadores, al iniciar cualquier pieza de diseño visual o incluso al comenzar a escribir en editores de texto como Word, Pages o Google Docs.
La tipografía mantiene una relación indisociable con el lenguaje desde su origen. Desde que se hizo necesario registrar y compartir ideas e información. Es en sí misma la esencia de la comunicación y más aún de la comunicación visual y escrita, que es lo que nos atañe como diseñadores (sobre todo diseñadores gráficos). Diseñar tipografías nos permite apropiarnos y comprender el lenguaje y la evolución de la escritura (Osses, 2016).
Ellen Lupton (2011) dice que “La tipografía es un recurso esencial para los diseñadores, del mismo modo que el concreto, el ladrillo o el acero son materiales esenciales para los arquitectos”. Para nosotros, son los átomos o unidades mínimas de un sistema de información, en cuya forma yace el adn de una identidad visual.
Como diseñadores, estamos acostumbrados a componer con elementos ajenos o creados por otros, somos articuladores de estos diversos elementos la mayor parte del tiempo. Pero en nuestro taller, el primer taller de tipografía de nuestra Escuela, nos quisimos adentrar en esta unidad mínima, en las figuras abstractas, en la complejidad de las formas simples que están presentes en los caracteres del abecedario.
Históricamente, las formas de las letras están en directa relación con la herramienta de escritura: el cincel en la piedra da origen al serif o remate de la letra, luego la pluma enriquece las formas aumentando el contraste entre trazos finos y gruesos. La soltura de escritura que entrega la pluma, adapta las formas para escribir más fluidamente y a mayor velocidad. Sin embargo el foco de este período siempre estuvo en replicar las formas puras y originales de las capitales romanas, el primer sistema de letras. Eric Gill en 1931 dice que en todo ese período (refiriéndose desde el siglo I hasta pasada la invención de la imprenta durante el siglo XV) no hay ‘diseñadores’ tomando decisiones respecto a la forma de las letras. Éstas son mera consecuencia de la necesidad de reproducir información, de la mano y del apuro.
Desde la revolución de la imprenta cuando se origina la tipografía como tal, hasta nuestros tiempos digitales, donde abunda la máxima libertad formal que nos entregan los softwares vectoriales (que son la herramienta de nuestros tiempos) nos interesa saber cómo se diseña cuando no hay restricciones y qué heredamos del origen de las letras.
El taller
En el taller de tipografía le dimos un espacio importante al ejercicio de la caligrafía ya que ella nos permitía aprender y entender los principios básicos de la forma de las letras, tales como proporciones, ritmo, espacios entre letras, palabras y líneas (Henestrosa, 2015). Practicamos caligrafía con pluma recortada y lettering con pincel.
Como taller tuvimos la oportunidad de visitar la exposición “Una fuente de luz” de Roberto Osses, donde presenta una profunda investigación histórica para la creación de una fuente tipográfica diseñada para ser utilizada en piezas visuales de la Biblioteca Nacional y la DIBAM. De esta exposición rescatamos la manera en que se muestra la tipografía para neófitos y eruditos. Exhibiendo una metodología de trabajo utilizada en el proceso de diseño de la tipografía que después serviría de referencia en nuestro proyecto final.
El trimestre coincidió también con la Séptima Bienal de Tipografía Latinoamericana, realizada en Santiago de Chile. Como parte del taller, visitamos y presenciamos la selección de trabajos tipográficos de 14 países de latinoamérica, con proyectos diseñados para distintos contextos, títulos, texto, diseño con fuentes, experimental y misceláneas. Durante esa misma visita escuchamos a expertos exponiendo en una mesa redonda, las posibilidades laborales que existen en torno al diseño tipográfico en Chile. Y el valor que tiene un diseñador que comprende la tipografía desde su historia hasta la construcción de su forma.
Como proyecto final, quisimos terminar con una propuesta tipográfica por cada estudiante, donde tuvieran la oportunidad de recorrer una metodología completa desde la observación, investigación y el fundamento, hasta la definición de rasgos formales y la consolidación de su propuesta en una fuente utilizable en cualquier computador.
Se estableció como punto de partida que el mar sería lo que une a los proyectos. El Mar pudiendo ser abordado desde una perspectiva poética, geográfica o cultural. Cada estudiante investigó, observó, propuso un contexto de uso para su tipografía y con ello la nombró antes de su creación, como poniendo la primera piedra. Luego, a partir de sus observaciones, aparecieron rasgos desde la abstracción visual, de inspiraciones tan diversas como por ejemplo: La estela, nombrada en el libro “El tiempo en la costa” de Ignacio Balcells.
En la siguiente etapa, nos adentramos en la conceptualización y síntesis visual. Nos concentramos en la forma, el fondo y el espacio mediante el boceto con lápiz y papel. En algunos casos la caligrafía fue la que dio los indicios para llegar a la forma, y así avanzamos hacia la digitalización, dominando un programa especializado de dibujo vectorial para tipografía, pero volviendo al boceto cada vez que fuera necesario. Un trabajo hecho con mucha paciencia y fineza visual.
El último desafío planteado fue la creación del espécimen tipográfico con sus propias fuentes, ahora funcionales. Los especímenes son un objeto de diseño donde se presenta una familia tipográfica, evidenciando visualmente su sentido ya sea para lectura de texto continuo, o textos display o para títulos. Es donde se pone a prueba y donde debiera esplender su trabajo.
La exposición del taller de tipografía presenta 8 fuentes utilizables y descargables desde las wikis de los estudiantes: Ankúlenmo, Caleta, Congrio Beats, Estela Serif, Fardela Slab, Kahinu, Porteño y Septentrional. 5 tipografías para títulos y 3 para texto continuo, cada una con desafíos distintos y pensadas para fines especiales.
Travesía Lima
Como taller hicimos una travesía de una semana a Lima, Perú, en busca de letras latinoamericanas.
La ciudad
Recorremos la ciudad que nos recibe y la abordamos desde 3 puntos: Histórico, Geográfico y Social. Visitamos el casco histórico de la ciudad y dibujamos su centro y su similitud con las otras capitales vecinas. Edificios imponentes, cuidados y protegidos por policías. Pastos verdes que no se deben pisar. Zona llena de Iglesias, catedrales, centros comerciales, almuerzos abundantes y a buen precio. Luego subimos el morro Solar y conocimos la ciudad desde sus límites y sus contrastes. El cielo, el mar, la montaña, la gran ciudad con edificios y parques, pero también la masa habitada en la periferia, que trepa y crece hacia los cerros. Por último visitamos la periferia y miramos desde lo más lejos o desde lo más adentro la ciudad. Otra ciudad con otras caras que parecen más propias al lugar donde estamos. Dibujamos y observamos forzando una horizontalidad. Miramos recorriendo y girando, armando una visión panorámica de lo que nos rodea.
La obra
Como parte de nuestra experiencia de viaje, nos proponemos participar en un breve taller de escritura de pincel y brocha con Azucena y Alinder, quienes se dedican a rescatar la cultura popular peruana mediante el estilo de escritura chillante. Ellos conforman el taller de Carga Máxima, nombrado de ese modo, como referencia a la escritura a mano en camiones y buses que aún abunda en Perú. Con ellos nos dedicamos durante 2 días a aprender a escribir. A escribir con otras herramientas, con otro estilo, a escribir con ornamentos y con un profundo estilo andino arraigado en cada forma. Observamos figuras, detalles, contraformas, ascendentes y descendentes, cachitos, huesitos, cola de pez, sombras, brillos pero sobre todo colores fuertes, chillantes, como ellos los han nombrado.
Dibujamos, conversamos y nos preguntamos sobre la latinidad y el mestizaje, nos quedamos con el verso de Amereida que dice:
La latinidad de América es imperial, es la mezcla de los diversos elementos por medio de la lengua.
Desde ahí decidimos crear una obra escrita, donde cada letra es cuidadosamente dibujada en brocha y diagramada en su lienzo, en pos de la composición y lectura de 2 preguntas de Amereida que nos acompañaron durante todo el viaje:
¿No aparece la historia donde la tierra y el cielo se unen y se miden?
¿Qué ha sido pues de nuestro cielo americano?
La obra presenta el orden de las letras para crear nuestro mensaje, sin embargo se piensa como un espacio que puede ser intervenido y modificado para estructurar otros mensajes. Cada letra es un objeto llevable, que tiene con colofón y parte de un dibujo que la ubica en su contexto general.
Cierre
Como diseñadores, creemos que es importante reconocer el valor del silencioso y minucioso trabajo detrás de la creación de las letras que usamos y leemos a diario, como expresión visible y tangible del lenguaje. Creemos además que el taller de tipografía nos ha entregado un espacio donde oficio, disciplina y profesión están presentes por igual y donde hay un inmenso espacio para la investigación y experimentación visual. Con esto, proyectamos esta experiencia más que como el taller que se consolida hoy en este examen, como una línea de investigación que debemos desarrollar, promoviendo la especialización de esta materia además en proyectos de título y proyectos de investigación.